Mujol, mújil, llisa, liza, albur, cabezudo,
capitón, llisa lubinera y alguno más, son los nombres con los que se denomina a
nuestro humilde y querido protagonista, a lo largo de las costas españolas. Y
como dice el chiste….Mira que viéndose tan bien que es un mugle los biólogos le
llamen “mugil labrosus” de la familia de los “mugílidos…¡Hay que amolarse!
Es un pez de cuerpo alargado y fusiforme, de
hasta 60 cm.
De longitud y con grandes escamas que le cubren todo el cuerpo. Está dotado de
una cabeza relativamente obtusa, aplastada dorsalmente y hundida en la zona de
los ojos, presentando un color oscuro o azulado en el dorso y plateado en la
zona ventral, aletas con unos suaves tonos amarillentos, y siendo además
comunes unas estrías longitudinales oscuras en sus costados, presentando uno de
los perfiles más hidrodinámicos de cuantos podemos ver en la mar.
Vive cerca de la costa, penetrando con
facilidad en lagunas, rías y estuarios.
Se alimenta de diatomeas bentónicas, algas
epilíticas , pequeños crustáceos y detritus que rasca del fondo con su labio
superior. Es fácil verlos en grandes concentraciones en los rachones de alta
mar “focicando” en la superficie para alimentarse de lo que la corriente
arrastra.
Su habitat está en todos los Mares y Océanos
de la Tierra, desde la superficie hasta los 300 m. de profundidad, y se
da el lujo de soportar temperaturas elevadas y salinidades variables, y el
vivir en aguas que matarían a los demás peces, pues su resistencia a la
contaminación orgánica, así se lo permite. Hay variedades de mugles que viven
en aguas completamente dulces, como los que pueblan la Albufera de Valencia, y multitud
de acequias y marjales a lo largo de todas nuestras costas.
El desove y freza de estos animales se
produce durante los meses de Noviembre a Enero en aguas frías, desplazándose a
mar abierta, donde después de la ovipositación, los adultos son presa fácil de
los grandes depredadores que aprovechan la debilidad en que quedan después del
“parto”.
Sus huevas son riquísimas y muy apreciadas,
hasta tal punto que hoy día hay industrias conserveras que las embasan como
sucedáneas del caviar. Y con eso se dice todo.
Aunque parecen iguales, hay diferencias entre
el mugle y la lisa, de los cuales los más apreciados son los que vienen de
fuera cuando la mar se mete. Son los llamados mugles de altura o mugles de la
peña, ya que por regla general se pescan desde los acantilados costeros,
contando con una calidad que para si ya querrían otros peces.
La lisa se distingue por la mancha amarilla
brillante que porta encima de las agallas.
Es un pez ideal para ir a pescarlo desde
muelle con los críos (y los no tan críos), ya que por ser muy fuerte y peleón, lo pasan estupendamente puesto que su captura,
es para ellos, muy espectacular, así como su forma de atacar las carnadas, que
son sorbidas o chupadas en pequeños toques antes de ser tragada y quedar
trabados en el anzuelo. No acostumbra a comer a partir del anochecer, y sus
capturas se producen entre la salida del sol y la puesta del mismo, siendo muy
raras sus picadas durante la noche.
Es el mugle un pez exageradamente desconfiado
y asustadizo, espantándolos cualquier cosa que cae al agua, hasta tal extremo
que es suficiente para emballarlos el que se les tire algo como el pan, al que
luego vuelven para alimentarse. Dice la “vox populi”, o por lo menos eso me
decían en mi niñez, que si al estar
pescándolos se te caen al agua unas escamas de mugle, ya has acabado, vale mas
que te dediques a otra cosa (a segar por ejemplo), pues al emballarse ellos,
arrastran con su miedo a todos los peces del contorno.
Debido a esta desconfianza s dificilísimo,
por no decir casi imposible, el observarlos de cerca en una inmersión.
Sus cebos preferidos son el pan, la gusana
viva o la gamba muerta, pues para todos los gustos hay preferencias, como en
cualquier restaurante que se precie.
Me llama mucho la atención, el que aunque
todos marineros con los que he hablado me dicen que es un animal muy sabroso,
inclusive algunos me afirman que lo prefieren a la lubina, casi nadie lo come
hoy día; es mas, no lo quieren los gatos, ni inclusive los cámbaros, patelos y…..
¡Ni las mismísimas gaviotas!.
Yo mismo lo he comprobado cuando los dejo en
la huerta de casa para que los coman. ¡Ni por esas!.
Solo lo come el “cagoche” (cormorán), pero
solo cuando “el probitín” está “muertu fame”
Parece ser que la lisa, puede alcanzar pesos
entre dos y tres quilos, mientras del mugle se han capturado ejemplares de seis
kilos, encontrándose, según la época, en grandes concentraciones en la
desembocadura del Purón y en el Pozal
del Rio Bedón en San Antolín.
En este último, después de una pleamar y con
la mar torpe, suben por el río, pero al intentar salir pueden encontrarse con
que la mar ha depositado una barrera de piedras que les impiden volver a ella,
cuando empieza la bajamar, y mientras las piedras dejan salir el agua que porta
el Bedón filtrándolas entre sus resquicios, impiden al mismo tiempo el paso de
estos animales, que permanecerán allí encerrados hasta que el río o de nuevo la
mar deshagan ese “dique”.
En Ribadesella o en Bustio, se colocan contra
la corriente a la espera de peces más chicos que bajan por ella para darse el
gran atracón. Me imagino que harán lo mismo en el Purón y el Bedón, siendo en
el brocal de este último río, donde los acostumbraban a pescar con granpín o
garrampil (anzuelo de tres puntas).
Como siempre ocurre con todas las especies de
animales, y con el fin de perpetuar dicha especie de la mejor forma posible,
son los mas fuertes y capaces los que llevan a cabo los rituales de la
procreación, y por lo tanto nuestro protagonista no iba a ser menos, por lo que
os cuento es lo que me contó un marinero de nuestra Villa, en el cual tengo
depositada toda mi confianza por su saber y hacer (no os digo el nombre porque
muy modestamente así me lo ha pedido).
La cuestión es la siguiente, cogéis el mugle
y le dobláis las aletas laterales hacia la cabeza, si esta aleta le llega hasta
el ojo el animal es bueno, pero si llega a tapárselo ese pez es excelente. Así
que ya lo sabéis, a doblarle las aletas a los mugles y lisas antes de llevarlos
a casa, pues así sabréis que os lleváis los mejores, los más sanos y los más
fuertes.
En el Lejano Oriente, “usease” mas alla de
Tina Mayor, los chinos y japoneses tienen verdaderas y enormes piscifactorías
marinas dedicadas a la cría y crecimiento de estos peces, los cuales son para
ellos un manjar digno de las mejores mesas.
Por estos pagos, son múltiples las recetas
bajo las cuales se consume, desde la mas sencilla como es la de cocido con
mahonesa, fritos, o las algo mas complicada como a la espalda o al horno. Eso
si, hay que limpiarlo totalmente hasta dejarle los dos filetes totalmente
blancos aprovechándolos al máximo pues su carne prieta es excelente, pues
aunque está formada por un 75% de agua, contiene proteínas y grasas, destacando
además ciertas vitaminas, como las de los grupos A, B, D y E, y minerales como el
fósforo, potasio, sodio, calcio, magnesio, hierro y yodo, en contenidos
variables dependiendo de la época del año, y que intervienen beneficiosamente
en el organismo del ser humano tras su ingesta..
Preparado al vapor es un alimento ideal para
los que se encuentren algo, poco o mucho delicados del estómago.
Es uno de los pescados característicos de la
cocina mediterránea, consumiéndose normalmente preparado a la sal, como hacen
los italianos, o como lo preparan los murcianos del Mar menor, que tienen a
este pez como base de los lomos de mujol
con salsa de caldero, que es una
de las recetas estrella de la zona, elaborándose este caldo de pescado con las
partes del mismo, que se consideran menores, como la cabeza, cola o espinas.
En Andalucía se consumen, como aperitivo o
entrante ciertas partes de este pescado en salazón, como son sus famosas huevas
acompañadas de almendras o de otros frutos secos.
En el Levante español también se prepara a la
sal, sustituyendo a la famosa dorada, de la que no tiene nada que envidiar.
En fin que os voy a contar más de este pez,
que por estar más que acostumbrados a verlo en nuestro puerto, por su
abundancia y la facilidad para capturarlo, tanto en pesca deportiva como
profesional, no le damos la importancia gastronómica que se merece.
Cedido por gentileza del buen amigo Jonathan Ward, os presento este video, en el que veréis como hay que tener cierta destreza para sacar tan fuerte y peleón individuo.