domingo, 28 de julio de 2013 0 comentarios

Grandes migrantes marinos


Almadraba de Zahara de los Atunes, antaño
http://www.youtube.com/watch_popup?v=ZWB9HBGXYv8&feature=youtu.be

Almadraba de Barbate, hogaño
http://www.youtube.com/watch_popup?v=byULa70RCTw&feature=youtu.be

Hay una serie de peces de gran interés para la economía de nuestra pesquera Villa y la de otras muchas, tanto españolas como extranjeras que casi siempre los hemos visto cerca de nuestras costas, cuando están a punto para su captura por los hombres de la Mar.

 
No voy a describirlos, pues todos conocemos quienes y como son, pero si hay una serie de preguntas, que causándonos una cierta curiosidad, nos obliga a cuestionarnos de donde vienen, como lo hacen y por que medios se rigen para encontrar los caminos necesarios que los hagan llegar a su destino.

 
Se denomina migración a todo desplazamiento de población que se produce desde un lugar de origen a otro de destino, pero sin quedarse en este destino definitivamente.
En el caso de que se asentaran se produciría la emigración

 
Todas las especies de las que vamos a tratar, tienen como objetivo principal de estas migraciones el llegar a unas zonas determinadas con la sana intención de preparar la reproducción de su especie. A esto se le llama freza, y está científica y estadísticamente demostrado que hay ciclos de mayor o menor afluencia de peces, que por circunstancias de temperatura del agua, climatología, abundancia de comida y un montón de factores más, deciden hacer la puesta en lugares diferentes cada año.
Pero no nos engañemos, los que venimos practicando la pesca, y no os digo nada de los profesionales que son los que mas lo sufren, se debe admitir que la afluencia de peces a nuestras costas es cada vez menor.

 
Pero vamos a lo nuestro.

 
Dentro de los grandes migradores, el primero que nos viene al pensamiento es el atún rojo (Thunnus Thynnus),  cuyo nombre popular les viene por ser la segunda aleta dorsal de un color marrón rojizo.

 
Son estos animales, peces epimesopelágicos migradores, que se mueven en pequeños o grandes bancos en cantidades que oscilan entre unos cientos a varios miles de individuos, que se desplazan cerca de la superficie, buscando siempre en una banda de agua con una temperatura siempre superior a los 10º C. y cuando les viene la época de la freza, hacia el mes de Junio, abandonan el Atlántico para introducirse en el Mediterráneo, con el fin de cerrar su ciclo reproductivo, y que producen al menos dos migraciones anuales, la reproductiva y la trófica, o de alimentación.
Es desconocido el número de huevos de cada puesta, pero lo que si se sabe, es que su tamaño oscila entre 1 y 1,2 mm.
Las larvas eclosionan a los dos días, y la maduración de los alevines dura al menos dura todo un año, hasta que los ejemplares jóvenes de entre 1 y 3 años, empiezan su migración saliendo del Mediterráneo, para dirigirse a las aguas del Sur de Inglaterra.

 
Los adultos, totalmente hambrientos y desnutridos después de la freza, parten del Mediterráneo, en busca de alimento hacia las costas de Noruega, siguiendo las costas portuguesas y españolas hasta las costas nórdicas, y no abandonando Europa hasta Agosto ó Septiembre, cuando ya de regreso se encuentran en las inmediaciones de las Islas Azores, donde por lo visto se desvanecen.

 
Por cierto, cuando entran a través del Estrecho lo hacen a una cierta profundidad, aprovechando las aguas mas frías que proviniendo del Atlántico entran en el Mediterráneo, y por el contrario al salir lo hacen mas cerca de la superficie para aprovechar las aguas mas calientes que salen de él, ya que las corrientes de aguas calidas siempre se desplazan por encima de las frías.
Pero no del todo, ya que en el curso de su periplo, van dejando atrás una serie de individuos, que son posibles capturas en algunas localidades costeras. Estos son los llamados atunes erráticos, que se presentan más o menos aislados, hasta que se empiezan a concentrar en grandes bancos al acercarse el momento de la freza.

 
Toda esta migración trófica, de debe a que estos peces, siendo unos grandes depredadores,  con la ayuda de los peines branquiales tamizan de las aguas los alevines de sardina, anchoa y arenque. Grandes grupos de túnidos baten furiosamente el mar para comer en superficie, aunque también en ocasiones se sumergen a ciertas profundidades para alimentarse de calamares, brótolas y gallinetas, pues no olvidemos que estos grandes depredadores necesitan comer mucho en su periodo inter-reproductor. Así un ejemplar adulto de entre 1,5 y 2 mtrs. necesita comer cerca de 100 kg. diarios, para lo que recorrerá si es preciso mas de 100 km. al día para satisfacer su apetito.
Estos túnidos, que en proporción pueden ser los animales más fuertes de la mar, en resistencia y velocidad, pueden llegar en su edad adulta hasta los 700 kg. de peso.

 
Consumido este túnido desde tiempos remotos, ya aparece en las dietas de los fenicios en el siglo VI a.C., luego en recetas griegas y romanas, y haciendo ya mas de 1000 años que se consume en las costas españolas del Mediterráneo.

 
De la vida de este pez, existe una antiquísima teoría o leyenda salpicada de detalles fantásticos, cual era la supuesta ceguera de su ojo izquierdo, aceptada ya por Aristóteles y, admitida hasta época muy reciente, que al mismo tiempo sostenía que la patria de los atunes estaba en el Atlántico, mucho mas halla del Estrecho de Gibraltar.

 
Cada primavera, dichos atunes se concentrarían ante el Estrecho para ir entrando en el Mediterráneo emprendiendo un largo y veloz periplo a través de todo el Mediterráneo, hasta entrar en el Mar Negro, e inclusive llegando hasta el Mar de Azof, nadando siempre a lo largo de la costa norteafricana, que es la única que ven con su ojo derecho, ya que como hemos dicho, hasta el mismo Aristóteles creía eran ciegos del izquierdo.

 
El regreso, verificado a continuación, lo comienzan a principios y mediados del verano, y tiene lugar en sentido inverso, pero esta vez siguiendo las riveras norteñas del “Mare Nostrum”, dicho de otra forma las costas europeas, que son las que siguen viendo con su “ojo bueno”, hasta llegar a la Península Ibérica, cruzar de nuevo el Estrecho de Gibraltar, para continuar su derrota por las costas Lusas en su camino hacia el Norte.

 
Por último deciros que en estos momentos, el movimiento “Ecologistas en Acción”, está llevando a cabo una campaña de concienciación, que bajo el título “Atún rojo, que no te borren del mapa”, denuncia la grave situación de sobreexplotación que están sufriendo estos túnidos,  que los está acercando inexorablemente a una posición extremamente delicada, ya que ha provocado una  reducción en sus capturas de un 85% desde el año 2000.

 
Y ahora vamos a fijarnos en el que posiblemente sea el migrante marino mas simpático y conocido para nosotros, como que es el albacora (Thunnus alalunga), también llamado atún blanco, o como nosotros lo denominamos, bonito del Norte.

 
Su nombre técnico, le proviene de su principal característica con respecto al resto de los atunes, y es la longitud de sus aletas pectorales que pueden llegar a sobrepasar la aleta anal. Esta aleta es similar en tamaño a las de los atunes de aleta amarilla o a la de los patudos.

 
Hay quien dice que estos animales, que poseen una inteligencia sorprendente, cuando van de viaje navegan por regla general a favor de las corrientes, para que estas les ayuden en su andar y ellos gasten menos energías, pero cuando encuentran comida, se colocan en contra de la corriente. Esto en un principio no parece un síntoma de inteligencia, pero no es así, ya que ellos con otro mínimo esfuerzo, es la corriente la que les coloca las piezas ante sus bocas, porque dichas presas, se supone que para también economizar energías nadan a favor de ella.
En fin, vayan ustedes a saber lo que es verdad y lo que son “cuentos de pescadería”.

Hasta la vista.

 

 

 

 

 
viernes, 26 de julio de 2013 1 comentarios

La Tierra en el futuro


 

En el pasado geológico de nuestro planeta no existían los mismos continentes que hoy en día. Las placas tectónicas en las que está dividida la corteza terrestre crecen, se achican, y se mueven debido a la deriva continental, lo que hace que los continente hayan ido variando de forma a lo largo de los miles de millones de años de historia de la Tierra.

Por ejemplo hacia el período pérmico (hace unos 250 millones de años), tan sólo existía un único supercontinente, que es llamado Pangea
, pero 50 millones de años después se había partido en dos, Laurasia al norte y Godwana al sur. Esa separación ya no se detuvo, las placas se fueron separando cada vez más hasta llegar a la posición que hoy podemos ver.

 

jueves, 25 de julio de 2013 0 comentarios

Creencias mitológicas marinas


Después de visionar este video, que cada una piense lo que quiera. Personalmente yo soy muy escéptico, por lo que tras verlo, puedo pensar… ¡Que cosas!

Creencias  mitológicas marinas
Llenas están las narraciones antiguas, de creencias sobre países fantásticos, situados siempre al borde de lo desconocido. El mito, seria más propio y más creíble, cuanto más lejos se situara del punto donde se encontrara el observador o narrador.

Pues bien, si hablamos del Mediterráneo, cuando la Grecia Antigua, comienza a explicar su geografía fantástica, en un punto concreto de la tierra, recurre lo más lejano conocido por aquel entonces, y piensa en Hispania, en el Océano Atlántico y en la Islas Afortunadas.

Al Oeste de Gibraltar, comienza la leyenda del Mar Tenebroso. Allí se encontraba las Islas Afortunadas, El Jardín de las Hespérides y la Atlántida. Hacia el Este, y dentro de nuestro conocido mar,  se mezclan la historia y la fantasía, se encuentra Tartessos, verdadera ciudad y ciudad mítica, y sus reyes, como Gerión y Argantonios, donde se mezcla la leyenda y la realidad.

La primera creencia sobre un mundo mítico remoto y envidiable, nos aparece con la Atlántida (Isla de Atlas), descrita en los diálogos de Timeo y Critias, en textos del filósofo griego Platón .

Rodeada por el Mar Tenebroso, fue según el mito, tragada por él, quedando solo eso, el mito de la Atlántida, y el mito de las islas que quedaron como desgarrones y mudos testigos de las tierras sepultadas bajo las olas, y la leyenda de que estas islas son las Canarias, Madeira, y Cabo Verde entre las reales, y las de San Brandan y Antilia como las imaginarias. Por todos los sitios y en cualquier lugar, ese mar amenazador e inmenso, ha sido por siempre tachado de ocultar entre sus misteriosas brumas, islas fantásticas y fantasmagóricas, al mismo tiempo que escondía en sus enormes dominios, países maravillosos y lugares edénicos.

Es muy rica la mitología mediterránea en un sentido exclusivamente marítimo, y comienza cuando empiezan a expandirse por el Mediterráneo los primeros pueblos navegantes. Cuando los dos grandes poderes económicos como Mesopotamia, con el Tigris y el Eufrates, y Egipto con el Nilo, comienzan su decadencia y pierden su manera de ser original como potamocracias (predominio de los ríos), desapareciendo de la historia para ceder esos primeros lugares a los pueblos egeos, Fenicia, Cartago y posteriormente Roma, que surgen como poderosas talasocracias (predominio sobre el mar), que se disputan el conocimiento y dominio del Mediterráneo.

Las influencias fenicias y griegas en la formación y propagación de mitos marinos fueron muy diversas.

Los fenicios fueron un pueblo lanzado al mar, primero por lo hostil de la geografía de su patria, una franja de terreno estrecho y pedregoso, y segundo por estar rodeado de pueblos enemigos fuertes y peligrosamente próximos.

Si a eso le sumamos, su fácil acceso que tenían a los magníficos cedros del Líbano, para la construcción de sus naves para navegar por un mar bastante moderado en sus cóleras y poblado de cientos de islas y costas recortadas que les facilitaban la navegación por singladuras, lo que actualmente se denomina navegación de cabotaje, no es de extrañar que tomaran con ahínco esa salida.  

Ahora bien, como todo lo que está relacionado con los fenicios, también su mitología es comercial, debido a su carácter práctico y utilitario como pueblo poco dado a la fantasía, era preciso poblar ese mar en el que descubrían y comerciaban, de monstruos, dragones y dioses horripilantes, para evitar en lo posible cualquier rivalidad y competencia, pues así intentaban evitar y dificultar la presencia de otros navegantes, ante los atrasados pueblos que descubrían y cuyas riquezas les eran fáciles de quitar. Los fenicios hallaron en el miedo una garantía insustituible.

Llegan a Tartessos, la rica ciudad que les abrió sus puertas, llenándolos de plata y otras riquezas, y aunque ellos doblaron el Estrecho y llegaron a los lejanos mares del Norte, debían poblar esos mares de criaturas terroríficas y espantosas.

Posteriormente los griegos extiende su propia talasocracia, pero de una forma más ilustrada, como una expansión de su espíritu ávido de inquirir y conocer, no les interesa un mar poblado de terrores, ellos, a través de su helénica fantasía, lo llenan de seres más parecidos al hombre, unos bellos y delicados, otros deformes y espantosos, pero todo ello surgiendo de una forma seductora y poética.

La mitología griega surge grande y bellísima, y es el mar Mediterráneo una de sus fuentes más ricas.

Pronto el mar Egeo, creador de antiquísimas culturas, alberga pronto en su fondo el magnífico palacio de Poseidón, al cual acompañan nereida Anfitrite, como esposa y “diosa del mar tranquilo”, Glauco, divino monstruo del mar, e hijo de Poseidón y la náyade Nais, el buen Nereo, “dios de las olas del mar”, y toda una corte de nereidas y tritones.

En fin, que pronto surgen una serie de narraciones de hazañas guerreras, fantásticas luchas, y viajes marítimos inverosímiles, pero se trata de hazañas marinas, hazañas heroicas, no utilitarias o comerciales.

Uno de los mejores ejemplos ha sido el viaje de los argonautas, para conseguir el codiciado vellocino de oro y vengar el honor ofendido de Troya.

También surgen seres monstruosos, pero no para engañar la mente con enormes e inútiles terrores, sino para destacar la valentía de los héroes que supieron vencerlos.

Hasta la vista
miércoles, 24 de julio de 2013 0 comentarios

¡Oh Dios! … Es tu mar tan grande y mi barco tan pequeño


"Deep Blue" es una innovadora película que muestra imágenes únicas del mundo oceánico reunidas durante varios años de rodaje. Es uno de los proyectos más singulares y completos que jamás se han emprendido en el campo del cine documental, introduce a los espectadores en el espectáculo de los mares y los lleva a un viaje que se extiende desde los más superficiales arrecifes de coral a las exiguas costas del Antártico y desde las vastas extensiones del mar abierto a los abismos más profundos del océano.
Es un documental de la  BBC Natural History.
Aquí la presento para que puedas disfrutar visionándolo

Hasta la vista
Fernando
 http://www.youtube.com/watch_popup?v=QWtQNFaGUTg&feature=youtu.be
miércoles, 17 de julio de 2013 0 comentarios

La “Rosa de los Vientos” del Mediterráneo. Dedicado a Mª José Diaz Goti, por estar tan enamorada de la Mar.







Una impresionante tromba marina en la costa de Australia, y que según precisaron diferentes medios internacionales, en su interior los vientos alcanzaron velocidades de hasta 190 km./h
Mari José, esta es "La magia de tu planeta"
 
Navegando por las costas mediterráneas de la Península, o en travesías entre islas, siempre me llamó la atención los vientos y sus nombres, y teniendo curiosidad por conocer sus etimologías, me enteré de esto que a continuación os cuento.
Partiendo de la “rosa náutica”, fue en Atenas y en la desaparecida “Torre de los Vientos”, donde fueron esculpidas las simbologías de los ocho vientos principales de la “rosa de los vientos mediterránea”, tan básica y familiar para todas las gentes marineras y pescadoras de este mar. Estos nombres son de origen  latino y en algún caso de origen árabe. Para poder comprender las designaciones que los romanos hicieron sobre estos vientos, debemos fijarnos que dichos romanos éstos eligieron como punto referencia, convergencia de rumbos o centro de la “rosa de los vientos”, la costa meridional de Creta, por considerar que la isla quedaba en el centro del Mare Nostrum
Y ahora vamos a por los nombres....

Mistral (NO-315º)
Situados ya en la Isla de Creta, la denominación para este viento de mistral, minstral, maestral, mester o maestro, obedece a que este viento sopla desde el noroeste, y en esa dirección queda la ciudad de Roma, la “Magistral Pentium” (“Soberana de gentes”).
Es un viento duro, frio y seco, que sopla preferentemente en invierno. Despeja el cielo, o lo deja con muy ligeras nubes, denominadas “glateiros” a las que desplaza rápidamente. Este viento alcanza con cierta facilidad los 100 km/h. pudiendo llegar sus rachas hasta los 200 km/h., lo que infunde respeto y temor  a marineros y pescadores, pues su aparición es rápida y casi impredecible,  alcanzando fuerzas 11 y 12 en la escala de Beaufort, que lo convierten en temporales muy duros y huracanados, con una mar entre arbolada y montañosa, y por ende peligrosa para la navegación.  

Siroco (SE-135ª)
La etimología de siroco es latina, ya que procede de syriacus, nombre que recibía el viento de sureste de la “rosa de los vientos” romana, que, centrada, no lo olvidemos, en la costa meridional de Creta, tenía en esa dirección la provincia de Siria.
En cambio, con origen en la voz árabe saruq, la raíz de xaloc, aparece esta denominación del siroco en Baleares, Valencia y Cataluña, traducida al castellano como jaloque. Con el mismo origen, se aplican diversos nombres en otras tierras mediterráneas, como las de chergui, chehili o las egipcias de simóun y khasmin, todas ellas denominando a este viento seco y cálido, procedente del sureste, que sopla atraído por la presencia de bajas presiones en el Mediterráneo, y a veces, experimenta el efecto foehn al salvar montañas costeras.

Se llama “efecto foehn” al calentamiento del aire producido al descender éste por las vertientes de las
montañas opuestas a la dirección de los vientos. En origen, se denominaba así en Suiza a este tipo de vientos secos y cálidos, propios de las vertientes alpinas de sotavento. Foehn era el nombre local del viento. El estudio por primera vez del fenómeno en esa zona generalizó la utilización del término para designar a todo el proceso.
En España, el “efecto foehn” más conocido corresponde al creado en las tierras de la vertiente norte de la Cordillera Cantábrica, en Asturias y Cantabria, como influencia de los Picos de Europa, cuando soplan vientos cálidos y húmedos del Sur.

Cuando esto sucede, nos podemos encontrar con claros contrastes de tiempo entre la vertiente de barlovento, expuesta al viento, y la de sotavento, que se encuentra resguardada.


En la de barlovento la nubosidad puede ser abundante e incluso con precipitaciones, mientras que en la de sotavento el aire desciende cálido y seco, con temperaturas particularmente elevadas, y humedad relativa en torno al 10%.
Cuando este viento proviene del Sahara, puede originar calimas en toda su zona de influencia debido, por arrastre, a la presencia del polvo desértico que enturbia la atmósfera y reduce la visibilidad.

Tramontana (N-0º/360º)

La voz “tramontana” aplicada en la “Rosa de los vientos mediterránea” se refiere al viento del norte. Deriva del latín “transmontano”, es decir, más allá de los montes, puesto que tiene origen más allá del ángulo montañoso, como son los Pirineos en el caso de España, que envuelve o rodea la ribera septentrional de la cuenca mediterránea. El soplo de la tramontana,  obedece al contraste de presiones atmosféricas ocasionadas por la llegada, o génesis, de depresiones atmosféricas ocasionadas por la llegada de bajas presiones en el Mediterráneo. Estas bajas presiones, no son otra cosa que borrascas atlánticas que alcanzan los golfos de León o Génova a través del sur de Francia o norte de España, pudiendo ser también las que pasan o se desarrollan al norte de Baleares, desencadenando la tramontana. Ésta, registra máxima intensidad cuando la presencia de bajas presiones en el Mediterráneo Occidental se combina con la alta presión más al norte, acentuando de una manera significativa la diferencia de presión entre ambas zonas.

El primer indicio del soplo de la tramontana en tierras catalanas es la aparición de un muro nuboso por el efecto foehn sobre los relieves pirenaicos, las denominadas “bandas del Pirineo Oriental”, seguida de acusada y rápida caída de la humedad relativa, morfología arremolinada con pequeñas nubes o escabeyats, pronunciado descenso térmico por la llegada de aire frío, y sensible mejora de la visibilidad, al tiempo que la mar  se entorpece (se pica). La tramontana, particularmente en los meses de octubre, noviembre y los tres invernales, barre con dureza y relativa frecuencia el Alto Ampurdán, pero no llega al río Tordera, por el S. ni hacia el interior sobrepasa Gerona por el N., ya que está muy “canalizado”, y su máxima virulencia la deja sentir en la costa del Golfo de Rosas e inmediaciones.

Poniente (O-270º)

Poniente es el viento procedente del oeste, es decir, el punto cardinal por donde el sol, en su movimiento aparente diario, desaparece o se pone bajo el horizonte. Los ponientes conducen las borrascas atlánticas a la Península Ibérica y son “vientos llovedores”, interceptados por los relieves orográficos, para la mayor parte de aquélla, a excepción de los sotaventos oriental y sur oriental, donde los ponientes desempeñan un papel inverso. Hagamos notar asimismo que las mayores frecuencias de estos vientos corresponden a las tierras más occidentales, particularmente a las costeras.

Como se ha dicho, en la fachada oriental de España el viento de poniente posee unas características no sólo diferentes sino opuestas. El más célebre es el caso del “ponent valenciano”, que, al descender de la Meseta a los llanos litorales, experimenta efecto foehn, transformándose en un viento catabático (aire fresco y seco que desciende a sotavento de la montaña, después de haberse condensado toda la humedad del lado de barlovento),
que se calienta y aleja del punto de saturación, alcanzando humedades relativas muy bajas, del orden de 25% o, incluso, menos. En consecuencia, su presencia en tierras valencianas, sobre todo en primavera avanzada, verano y comienzos de otoño, implica ascenso de temperaturas y ambiente seco.

 Mediodía (S-180º)

Conocido asimismo por viento sur, austro, áfrico, africano o  mitjorn (mediodía, que alude también al Sur, con referencia a la altura del sol sobre el horizonte y alcanza su mayor elevación a mitad de jornada). Otro nombre muy significativo, a la hora de indicar procedencia, es el de áfrico o africano, ya que el punto de origen del viento sur en la “rosa de los vientos” mediterránea es el continente africano. Se trata, entonces, de un viento que trae aire seco y cálido, característica ésta particularmente acusada en verano, cuando el sur que llega en línea recta del Sahara ocasiona olas de intenso calor.  

Sin embargo, no es necesario para que el viento sur motive un brusco ascenso de la temperatura que su hogar sea sahariano, aunque precisamente éste fue el origen atribuido al viento conocido por sur, bochorno, o piromano en Cantabria, que sopla de preferencia en invierno, atraído por la presencia de bajas presiones en el Cantábrico, y experimenta el efecto foehn al descrestar la Cordillera Cantábrica, de manera que el termómetro, en ciertos puntos tramontanos, podría llegar a los 30º en invierno. Cosa nada común, pero podría darse, y de hecho se da,  en momentos puntuales.

Lebeche (SO-225º)

Nombre que recibe en el litoral mediterráneo el viento de suroeste, con dirección intermedia entre las de mediodía y poniente; conocido asimismo por garbino o  garbí,  una y otra denominación poseen etimología árabe. Los efectos pluviométricos del lebeche o garbino resultan diferentes o, incluso opuestos, de un territorio a otro, en función de los condicionamientos geográficos, particularmente orográficos, que el viento halle en su camino.

Con régimen del suroeste llueve, y puede hacerlo copiosamente, en Extremadura, Baja Andalucía y barlovento de Sierra Nevada; sin embargo, raramente llueve en el sureste ibérico. Ello se debe a que la imponente espina montañosa de Sierra Nevada intercepta los lebeches o garbis, determina el efecto foehn, y produce disimetrías y manchas pluviométricas. El lebeche desciende hacia sotavento más cálido seco, y sin precipitaciones.

Con todo, el lebeche ha prestado tradicionalmente su concurso en las faenas de recogida de los cereales de invierno en el sureste ibérico antes de la generalización de trilladoras y cosechadoras. Antaño, tras la trilla en las eras, recogida la parva, se aventaba con horcas y palas con objeto de separar el trigo de la paja; y para ello, se requería viento, que, con frecuencia, era lebeche.

Gregal (NE-45º)

En la Cuenca Mediterránea se denomina gregal el viento procedente del noreste. El nombre suena extraño en el sector occidental, pero adquiere pleno significado si recordamos de nuevo que los romanos centraron la “rosa de los vientos” en la costa meridional de Creta, por considerar que esta isla se hallaba en mitad del Mare Nostrum,  y al noreste de la misma queda Grecia, justificándose así el empleo del referido vocablo gregal
En el Mediterráneo Occidental el gregal encuentra en su trayectoria la fachada oriental de España, con resultados pluviométricos bien diferentes según el rumbo del litoral y el relieve del post-país. Un ejemplo prototípico proporciona el tramo costero alicantino, en torno al cabo de la Nao: al noreste de éste, en el Marquesado de Denia, la incidencia de los temporales del noreste, con una frecuencia relativamente elevada de aguaceros copiosos y de gran intensidad horaria, adquiere protagonismo y ubica los dos observatorios más lluviosos de la Comunidad Valenciana. (Tormos y Pego, con casi 900 mm anuales); en cambio, la modificación del trazado costero, cuya dirección es NW-SE en la Marina, abriga del gregal y de los temporales del noreste, al extremo de que, en menos de 50 km, la precipitación media anual desciende de los 644 mm de Denia a los 345 de Benidorm, reduciéndose casi a la mitad.


Levante (E-90º)

En la rosa de los vientos mediterránea, el levante procede del este, el punto cardinal por donde cada día, en su movimiento aparente, el sol se levanta sobre el horizonte a causa de la rotación terrestre. Sopla a más o menos velocidad, merced al gradiente horizontal de presión existente en el momento: a veces se limita a cubrir las aguas marinas de “borregos”, mientras otras, las menos, origina violentos y destructivos temporales de levante, con mar montañosa y harta difícil para la navegación por el peligro que conlleva. También es variable su frecuencia de unos puntos a otros, en algunos puede resultar tan elevada, como en el sector gaditano de Conil, Barbate, Zahara de los Atunes y Tarifa que históricamente ha representado un condicionamiento negativo y limitación para la actividad agrícola, pero, como “no hay mal que por bien no venga”, esta situación ha cambiado favorablemente para la economía de la zona, ya que ha hecho de esas costas un verdadero paraíso para los windsurfista y todo el turismo relacionado al mismo.
http://www.youtube.com/watch_popup?v=B0rqGbJVmtE&feature=youtu.be

Este viento es el que acostumbra a impedir el paso de los barcos, entre la península y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

En cuanto a precipitaciones, para la fachada oriental de España es el viento “llovedor” por excelencia, tal y como reza, refiriéndose a la tierra, el refrán en lengua vernácula y castellana: “El levante la moja y el poniente la seca”.

Esta situación se crea porque en ciertas y propicias épocas del año, en Primavera y sobre todo en Otoño, transporta aire caliente, que por recorrer casi todo el Mediterráneo, viene con una carga de humedad muy alta, y al llegar a tierra, como está se está enfriando más rápidamente, recordemos que estamos a las puertas del otoño, es factible que condense la enorme cantidad de agua que acarrea, en cantidad a veces más que suficiente para que jarree, diluvie, e incluso se abran las cataratas del cielo..

Hasta la vista

 
martes, 16 de julio de 2013 0 comentarios

Etimologías de Naciones y Ciudades Hispanas


                                                                              Los cuatro viajes de Cristóbal Colón ( música Vangelis)






















































San Cristóbal y Nieves: Descubiertas por Cristóbal Colón en 1493, en su segundo viaje por las Américas Cristóbal Colón colonizó estas islas llamando a la mayor San Cristóbal en honor al legendario mártir, protector de los viajeros, y a la segunda Nuestra Señora de las Nieves, por la permanente nube blanca que cubre las alturas de las montañas de la isla. El nombre original era en el español de la época, "Noestra Siñora de las Neves".



San Salvador:  Antes de la conquista española el territorio era poblado por diferentes etnias indígenas, específicamente: pipiles, lencas, mayas chortís, mayas pokomames, xincas, cacaoperas y chorotegas; estás etnias habitaban en tres entidades territoriales siendo el Señorío de Cuzcatlán el más importante y unificado de las tres entidades. El descubrimiento del territorio se le debe al explorador Andrés Niño en 1522, mientras que la conquista del actual El Salvador comenzó en 1524 con la incursión infructuosa de Pedro de Alvarado al Señorío de Cuzcatlán y terminó en la década de 1540 con la total conquista y pacificación del Señorío de Poton o de lencas salvadoreños ubicado en la zona oriental, durante ese tiempo se dio la fundación de las villas de: San Salvador, San Miguel de la Frontera y la Ciudad de los Caballeros. La villa de San Salvador (por Jesucristo “El Salvador del mundo”) fue fundada por Diego de Holguin y Gonzalo de Alvarado el 1 de abril de 1525 en un lugar todavía hoy no determinado. En 1595 Manila fue designada como capital del archipiélago, así como capital de su provincia, que abarcaba casi toda la isla de Luzón.

Santafé de Bogotá: Fundada en 1538 por Gonzalo Jiménez de Quezada, con el nombre de Ciudad de Santafé; más adelante se le agregó Bogotá. El nombre Bogotá tiene origen en la palabra indígena bacatá, nombre de la capital de los zipas, que significa ‘cercado fuera de la labranza’. El poblado recibía también el apodo de muequetá (“campo o sabana de la labranza”) y el de funza (“varón poderoso”).

Santo Domingo:. Antes de la llegada de Cristóbal Colón en 1492, los taínos poblaban la isla que llamaban Quisqueya (“madre de todas las tierras”) y Ayití (“tierra de altas montañas”), y que Colón renombró como La Española. En ese momento, el territorio de la isla consistía en cinco cacicazgos: Marién, Maguá, Maguana, Jaragua e Higüey. Estos eran gobernados respectivamente por los caciques Guacanagarix, Guarionex, Caonabo, Bohechío y Cayacoa.
El primer asentamiento se remonta a 1493, el período cuando se asentaron los primeros europeos en la isla, aunque fue fundada oficialmente el 5 de agosto de 1496 por Bartolomé Colón con el nombre de La Nueva Isabela, en la margen oriental del río Ozama, después de uno anterior construido por su hermano Cristóbal Colón, y posteriormente trasladada por Nicolás de Ovando en 1502 a la margen occidental del mismo río, ambos asentamientos llevaban su nombre en honor a la reina de Castilla Isabel I. Luego más tarde pasó a llamarse Santo Domingo, en honor a Santo Domingo de Guzmán (su nombre oficial), quien fue el patrono de Domenico Colombo, padre de Cristóbal Colón.[] La ciudad llegó a ser conocida como la "puerta de entrada al Caribe", por ser el lugar del primer asentamiento europeo en América, y por ser la primera sede del Gobierno Colonial Español en el Nuevo Mundo.

San Vicente y las Granadinas: Nombre que le fue dado por Cristóbal Colón el 22 de enero de 1498, día de San Vicente. La isla de San Vicente estuvo habitada por indígenas caribes, arawaks y garifunas que se mostraron muy agresivos hacia los invasores europeos, impidiendo la formación de asentamientos hasta el siglo XVII. Durante los siglos XVI y XVII llegaron a la isla varios esclavos negros, supervivientes de naufragios o huidos de las cercanas islas de Santa Lucía o Granada. Estos refugiados se mezclaron con los indígenas y fueron conocidos como "caribes negros".

Uruguay: Palabra de origen guaraní Se considera como primera expedición conquistadora a la de Américo Vespucio, entre 1502 y 1508.. En 1512, es posible que se haya efectuado un viaje secreto de Juan Díaz de Solís. Con seguridad Solís partió del puerto de Lepe (Huelva), En febrero de 1516 desembarcó en una zona que denominó Nuestra Señora de la Candelaria, que según algunos cronistas e historiadores es la actual Montevideo.
 El territorio estaba habitado a la llegada de los conquistadores españoles por diferentes tribus indígenas. Los charrúas, estaban en la costa septentrional del Río de la Plata. Las demás tribus, de origen tupí-guaraní, eran más evolucionadas que la anteriores: bohanes, guenoas, yaros, minuanes, y arachanes. Existen varias explicaciones acerca de su origen: “río del país del urú”, ya que en parte de las costas del
río Uruguay habita un ave pequeña, el urú, o “río de los caracoles” (siendo uruguá, “caracol”, e ï “agua”).
La primera población fue San Juan y estaba sobre el Río de la Plata, próxima a la desembocadura del Uruguay.
Los indígenas, en especial los charrúas, se opusieron a la violencia de los conquistadores, y realmente, la acción de las congregaciones religiosas impidió que algunas tribus fueran exterminadas.

Valparaiso: La zona en donde posteriormente se desarrolló Valparaíso fue habitada antes de la llegada de los españoles por los changos, pueblo eminentemente pescador que se trasladaba de un lugar a otro según sus necesidades. Contaban con balsas de cuero de lobo para la pesca y se alimentaban, además, de frutos silvestres. Llamada Quintil por estos pueblos que habitaban el sector, la bahía en donde se encuentra la ciudad fue visitada por el español Juan de Saavedra en el año 1536 y bautizada como Valparaíso en homenaje a su ciudad natal (Valparaíso de Arriba localidad situada en la provincia de Cuenca), . En 1541, el conquistador extremeño Pedro de Valdivia nombró a la ciudad como puerto de Santiago de Nueva Extremadura   

Hasta la vista

 

 



 
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