domingo, 4 de diciembre de 2011

Palabras curiosas de la mar (O su doble significado en tierra)

Entendidas desde tierra, hay palabras que se emplean normalmente en la mar y que oídas fuera de ella, cambian por completo sus significados hasta llegar a ser verdaderos insultos. Por ejemplo Chapero, , que en tierra quiere decir …  ¡lo que quiere decir! …,  y en cambio en la mar, proviene de la palabra chapar, que se dice del bogar mal, y a consecuencia de ello salpicar de agua con los remos, por lo que un chapero es un..... ¡Un desastre a los remos!
Abatido: No es que uno se encuentre deprimido. Nos referimos al barco a sotavento de su rumbo por la acción del viento.
Abonar: Nada de trabajos con esparcimiento de cuchu por toda la huerta, era antiguamente, y en meteorología, cuando se decía que el tiempo se abonanzaba, o sea, cuando mejoraba.
Acompañante: Cronómetro de funcionamiento menos regular que el magistral y que se traslada con la persona que vaya a hacer alguna observación astronómica.
Agónicas: Proviene del griego agónicos (de agon = lucha)
Amor: Holgura o juego de un palo, por lo tanto, un palo con amor es un palo juguetón. Y lo estoy diciendo sin mala intención, ¿Eh? … ¡No la  amolemos!
Anca: Parte exterior del casco, debajo de la bovedilla y a cada banda del codaste. O sea, nada de lo que estabais pensando algunos.
Aterrado: No tiene por que ser asustado, sino que se dice de todo barco cercano a tierra.
Coronar: Nada que ver con los signos de la monarquía, sino contempla el situarse frente a un punto,  en tierra o en la costa, mas saliente  de los que lo rodean. Por ejemplo coronar un cabo.
Corral: No es para las gallinas, sino una corta extensión de agua, grande o pequeña, rodeada de bajos. Por ejemplo habréis visto muchos en la playa de Toró, aunque cuando son muy chicos los llamamos pocinos.
Corva: No es anatomía ni masculina ni femenina, sino que  es solamente  un quebranto
Esperanza: Además de ser un nombre personal, femenino y singular, es un ancla de respeto. En otro tiempo la esperanza o ancla de esperanza, era la de mayor peso de las cuatro que llevaban a proa los navíos, trincadas por la parte de fuera del costado. Esta en particular se colocaba generalmente a estribor.
Gachas: No son papillas. Es una especie de gavia que se empleó en algunas galeras allá por lo años de Maricastaña.
Jardín: No nos referimos al lugar de la casa en donde acostumbramos a plantar las flores. Era el retrete que portaban los navíos, y se llamaba así, porque en los siglos XII y XIII, en que la higiene y salubridad en las casas era muy precaria, las personas hacían sus necesidades en la huerta, cuando la tenían, y sino, se buscaban la vida donde podían. Por ser mas fino, en las antiguas embarcaciones de esa época, le llamaban el  jardín en lugar de  huerta.
Látigo: Se llama así a cualquier palo de un velero, cuando es demasiado largo.
Manco: Antiguamente se decía de todo barco o bajel que debiendo portar remos carecía de ellos
Moro: Se aplica este calificativo a los buques desordenados y faltos de limpieza y orden. O lo que es lo mismo faltos de  policía”.
Papu: No son los rollizos carrillos de los críos, sino que es el bolso que forma una vela al recibir el viento.
Remos sucios: No es que no los hayan lavado, como vemos en algunas lanchas, sino que nos referimos a que los remeros van desacompasados y salpican.
Tafetán: Aquí nos referimos al pañuelo o la especie de corbata de seda que forma parte del uniforme de los marinos de la Armada.
Talamete: No es que a nadie le metan nada, ni mucho ni poco, si no que nos referimos a la pequeña cubierta a proa de algunas embarcaciones menores, debajo de la cual se guardan los efectos personales, o equipo del bote para evitar que se mojen. En algunos lugares lo denominan tilla
Tajuelo: Además de ser el mote por el que conocemos a un personaje llanisco al que profeso gran aprecio y respeto, es en arquitectura naval, el taco metálico o platillo, sobre el que descansa o gira un eje. Por ejemplo, Tajuelo del cabestrante, el que soporta el pinzote del cabestrante, o el tajuelo del timón, también llamado tintero del timón.
Tarascada: Aunque Teresina, mi madre, algunas veces nos llamaba tarascos, cuando la ocasión y el comportamiento lo requería, en este caso nos referimos a la orzada o arribada repentina y violenta que da un buque de vela al romperse de pronto el equilibrio de su aparejo, o por efecto de la marejada u otras causas parecidas.
Tarugo: Es el grumete (no faltaría mas, no lo iba a ser el patrón), que acostumbraba a salir sobre el exterior de la banda de barlovento cuando las embarcaciones de bajo porte escoraban mucho.
Tenedor: De llevárselo a la boca… ¡Nada de nada!, pues así  se denominaba antiguamente al maestro de víveres o despensero.
Tancredo: No es el famoso Don Tancredo, personaje de las corridas taurinas, si no al farol utilizado para pescar. Se situaba sobre un tonel de forma troncocónica que actuaba de flotador. Por este sistema se conseguía una concentración de peces alrededor de la luz, en beneficio de la pesca. Aún se utiliza en algunos lugares del Cantábrico.
Taxímetro: Esto no se lo contéis a los conductores de los coches de alquiler, sobre todo a los de la Meseta, porque no se lo van a creer. ¡Y no es para menos! …¡Veréis! El taxímetro es, ni mas ni menos, en náutica, que un instrumento para la toma de marcaciones, constituido por un mortero con suspensión cardan, montado sobre una columna o caja firme a la regala del buque. Lleva el mortero por la parte superior un platillo circular de cristal en el que hay grabada una rosa de los vientos, con graduación similar a las de las aguja náutica o de marear, el cual puede fijarse por dos tornillos en cualquier ángulo respecto a la línea de fe … ¡y no sigo porque el “royo” puede tomar dimensiones escalofriantes!.
Tendal: En mi casa hay uno en la huerta para secar la ropa. Pero en este caso nos estamos refiriendo a cualquier toldo dispuesto sobre las cumbres o nervios correspondientes, para hacer sombre, o los que se colocan encima de los botes para cubrirlos e impedir que se llenen de agua cuando llueve.
Tender: No es colocar la ropa en el tendal, sino que es cuando la mar aumenta la longitud de la ola – no la altura – y disminuye la rompiente. De ahí deriva la expresión mar tendida
Ultramarinos: Aparte de las tiendas de comestibles, y no comestibles, que todos conocemos, aquí nos referimos a lo que se encuentra, concierne o procede de ultramar, a sea, en general todo país o lugar que está al otro lado de la mar, considerado desde el lugar en donde se habla. Hasta finales del siglo XIX, se usó para determinar el conjunto de territorios españoles situados en América y el Pacífico.
Viejo; Nombre que la tripulación de un buque mercante acostumbra a dar al capitán del mismo. ¡Por algo será!
Zapato: Es, en un sentido realmente despectivo, un buque pequeño y que gobierna mal.
Viuda: En este caso nos referimos a la última lanchada (porque iba sola) con la que se completa la carga o descarga de un buque mercante, desocupada la cual era costumbre que el dueño hiciera un regalo a los marineros.
Yate: Aparte de ser un barco de recreo o placer, es también el sistema económico empleado por algunos humanos para satisfacer sus necesidades y deseos, o sea, ¡Ya te pagaré!
Zagala: No es nada mas ni nada menos que un aparejo de malla muy tupida. ¡Si caes en sus redes  es difícil zafarse!
Zancadilla: Esta es curiosa, pues no se refiere a que te pongan el pie delante para que te “partas la crisma”, sino que es el principio de vuelta que toman las cadenas de los anclas de un buque fondeado, cuando después de formar cruz continua su bordeo en el mismo sentido. En otras palabras, cuando se cruzan las cadenas de las anclas enrollándose una sobre de la otra.
Zoquete: ¡Cuantas veces me lo llamaron! Y yo creo que lo hicieron sin saber que en Arquitectura Náutica es cualquier taco de madera grueso y corto. Por cierto, esta palabra proviene de la voz árabe çoquet que quiere decir desperdicio. ¡Sin comentarios!

Espero que os hayáis entretenido con estas cosas. Ya procuraré encontrar alguna mas para contároslas. Así que hasta la próxima amigos.

                                                                                            Con todo cariño
                                                                                         Fernando Suárez Cué
                                                                         

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante ese léxico de la marinería. Yo creo que a todo el mundo le gusta la mar, si no le apasiona, como es tu caso o el mío.
Especialmente interesantes las palabras "tancredo" y "taxímetro"
También me llama la atención la aplicación que en marinería se hace de la palabra "zoquete". Sabrás que en la agricultura de antaño, tan distinta a la de hogaño, la "zoqueta" era una pieza hueca de madera, a modo de "zueco" que protegía la mano zurda de quien segaba la mies con la hoz, con el fin de evitarle cortes al sujetar el haz de cebada, trigo, centeno, etcétera. Fíjate en un momento qué concentración de "zetas" se ha formado a cuento de tal definición.
Por lo anteriormente dicho al zurdo se le empezó a denominar "zocato" en algún momento, vete a saber cuándo.
Un abrazo:

Víctor.

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