jueves, 4 de abril de 2013

La obsesión del Verano


Calamar, calamar

cándido calamar,

que relleno de tinta

non sabes pintar.

Así dice una canción popular luarquesa, refiriéndose a este cefalópodo, que durante los meses de verano, es la obsesión de los marineros, y de los no tan marineros, de la costa llanisca.

Los primeros, son en su mayoría marineros de verdad, hombres que normalmente han tenido toda una vida dedicada a la Mar, y que cuando les ha llegado la hora de su jubilación, no se han resignado a quedar en tierra sin hacer otra cosa que contemplar la Ría, por lo que embarcando en botes y lanchas, unas veces solos y otras en compaña, salen con el alba para practicar esta, mitad pesca, mitad deporte, con el fin de entretenerse y si al mismo tiempo se consigue con ello unas cuantas “perras”…¡Bienvenidas sean!.

Conocen los sitios, manejan sus marcaciones, y hay entre ellos verdaderos especialistas de los que es prácticamente impensable el que regresen sin que traigan algún granu, que por muy pequeño que sea, siempre es bien recibido. Les he oído decir una frase que es todo un compendio del saber cuándo embarcan uno pequeño… ¡Mas chicu ye el arroz, y cómese!

Sus nombres siempre estarán presentes en la memoria, en cuanto nos acordamos de situaciones creadas cuando las lanchas están pescando o esperando pescar, porque…Haberlos hailos… ¿Pero chico no comen! … No sé qué demonios pasa… ¡Pero no comen! … Y mira que está la mañana guapa p´a ellos.

Mucho me han ayudado y mucho he aprendido de estas personas, prestando toda mi atención cuando empiezan a contar sus andanzas y correrías, algunas de ellas no exentas de peligro. Al final la carcajada sale de lo más hondo, debido a que las anécdotas y situaciones narradas por ellos son realmente jocosas.

No es mi intención nombrar a ninguno, porque entre otros motivos, no tengo su permiso para ello y por lo tanto no se si les gustaría, pero siempre recordaré con gran cariño esas charlas, apoyados en las distintas barandillas del puerto, ya sea en la del puente, en del Sablín, en la del nuevo puerto, o simplemente dando una vuelta por el muelle junto a ellos.

Pero llega la tarde y aunque el día es soleado, se empiezan a ver algunas nubes, que a lomos del gallegu, vienen más deprisa de lo deseable.

Aparecemos entonces los veraneantes y dan comienzo a otra situación totalmente distinta. Lo que por la mañana, al alba, era tranquilidad y silencio, por la tarde son voces órdenes y contraórdenes, notándose todavía, y sobre todo los primeros días, el nerviosismo que se trae de las pequeñas y grandes ciudades.

Cuando las lanchas han llegado a las zonas de pesca, ya sea a pique de Llanes, al E. sobre la desembocadura del Purón, o muy al W., sobre el cabo La Mar, se vuelve otra vez a notar la diferencia entre los pescadores del alba y los de la tarde, ya que es ahora cuando acostumbran a aparecer muchas lanchas, de fibra o de goma, que con motores relativamente potentes, empiezan a moverse de un sitio a otro, sin poseer esa paciencia que caracteriza al hombre de la mar, y formando algunas veces un batiburrillo que para que contar.

Todo esto se va calmando al cabo de unos días, y llega el momento de pescar el calamar, a lancha parada y presenciando esos atardeceres en la Mar, y que la mayoría de las veces desearías que no acabaran nunca, ya que presentan un espectáculo de movimiento, luz y color como tan solo la Naturaleza es capaz de escenificar y que termina por sosegarte el espíritu y dejarte la mente en blanco, obligándote a estar tan solo observando todo lo que ocurre a tu alrededor.

No olvidemos que son unos verdaderos privilegiados los que en la Mar, ante la costa de Llanes y con el Cuera al fondo, pueden presenciar un espectáculo de tanta magnificencia.

Aquellos que se adentran en los mares, conocen las maravillas de la Obras del Señor.

Bueno, pues si además de todo esto, consigues pescar calamares… ¡Gloria…Gloria…Gloria!

Fernando Suárez Cué

 

1 comentarios:

jose luis dijo...

Hola Fernando ,
Además hacen un buen plato. Mañana comencemos una ración de los últimos de noviembre

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