lunes, 19 de agosto de 2013

Los apodos llaniscos (Conversación con Paco “Fragarán” en Pancar)




-F: ¡Buenos días amigo! Para ser el último de Octubre, el día esta precioso y la Mar para que te cuento, es un verdadero espectáculo. Tanto es así, que ayer estuvimos en los bufones de Vidiago y no te puedes ni imaginar la mojadura que llevé… ¡Por listo! ¿Puedes imaginarte que me puse a contemplarlos a sotavento de ellos? En fin sin más comentarios.
¿Qué estás haciendo con todo ese papelerío?

-P: Pues ya ves Nando, estoy leyendo un escrito de Ventura Junco, que lo editó la Casa Municipal de la Cultura de Llanes, allá por los años 40, y que lo encontré en casa revolviendo entre toda esta maraña de papeles que tengo.

-F: ¡Léemelo, anda!

-P: Pues verás, se titula “Breve historia de los apodos llaniscos”, y dice así:


Montado en su caballo Careto de Pelos sedosos como las Nutrias y cubierto con su Lóriga, se dirigía nuestro amigu el alemán a la ciudad de Sevilla. Cuando atravesaba una Verdosa vereda, se percató de la presencia de varios Raposos de hermoso Pescuezu que, en sentido contrario venían recorriendo el Mundo. Solo les faltaba por conocer la China. Le preguntaron a nuestru amigu por una casa de comidas, y este les indicó una, en la cual les sirvieron un suculentu menú compuesto por Garbanzu de buena clase, Lenguau muy frescu, Chori de confianza y un Tazón de ricu caldu, el cual estaba algo sosu y teniendo por lo tanto que hacer uso del Salero. También comieron un ave, pero no pudieron distinguir si era pichón o Pichona.
Luego que hubieron comido, una camareru con nariz como Pinocho y de mucha Pachorra, les obsequió con unos Pitos que los fumaron hasta dejarlos convertidos en Colillas y, como la comida la rociaron con mucha bebida, se cogieron media Chispa y les dio por bailar la Jota y hacer el Indio.
Ya metidos en juerga les dio por cantar el tango de el Morcilleru, y aunque no estaban muy a Tono, lo hicieron bastante bien, lo cual les valió una ovación y el regalu de varios puros que les hizo un Indianu, así como unas copas que les hicieron ponerse algo Chulos.
Para rematar el día, salieron a bordo de un barquín patroneado por Joselito y se fueron a la pesca del Mugle. Cuando capturaron unu que se debatía como un León en la jaula, lo celebraron tomando un Chato de manzanilla que, solo con el olor hizo caer a Ramonera. Este se levantó, y con la rapidez del rayu embicheró un pez Tuertu que, al bracealu, se le había marchado a Paya. Cerca de este Barquín, estaba el bote del Parrau, y unu de sus tripulantes, al oir el Tin-tan de las campanas, trepó al palu mayor con la agilidad de un Titi, y desde allí divisó a Ca-hito que estaba en La Guía cazando pájaros con Liga, pero el probe muchachu estaba Negro de rabia porque la Redonda, con sus cánticos le espantaba la caza.

 
-F: ¡Oye está bien! Tenía ingenio Ventura. Aunque pensándolo bien, esto ya fue editado en su día. ¿Tú crees que le puede interesar a alguien?

-P: De eso hace ya 60 años, tú estabas a biberón y yo poco más que a pulientas, así que partiendo de un juego de palabras, recordemos los motes llaniscos de personas que con su trabajo y esfuerzo, con su socarronería asturiana y su buen hacer ante la vida, consiguieron que esta Villa fura con el tiempo fura “L arco de Triunfo de la Costa Verde. Lo de la Puerta Grande, ya se nos queda pequeño.

-F: ¡De acuerdo chachu!. Vámonos a tomar las 11.

 
Hasta la vista.

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