martes, 2 de agosto de 2022

A son de Mar

 

A son de mar

El refrán es aquel dicho popular agudo y sentencioso, que suele contemplar un consejo o terminar con una moraleja.

Se dice que los refranes son sentenciosos, porque justamente afirman con contundencia alguna cuestión, y casi siempre el origen de un refrán se deberá a la experiencia de algún anciano o sabio, quien luego de toparse con un aprendizaje, la transmitió de esta manera a las generaciones posteriores, y eso es lo que saqué en limpio oyendo los refranes que se empleaban en mi familia, a los que eran muy aficionados.

He intentado recordar la mayor parte de ellos, y a los que no he llegado, pude contar con la gran ayuda de mis hermanos Ana Teresa y Carlos, y viejos y no tan viejos amigos de la Mar, que si los recordaban y… ¡Ahí están:

Barco sin cubierta, sepultura abierta

Mar clara y monte oscuro, tiempo seguro

Quien se pone a predecir, también se expone a mentir.

Barco velero, fondeado se coge.

Pescador de caña, pescador de nada, y si la caña quiebra, pescador de mierda.

Si malo es el tiempo huracanado, peor es el fuego empavesado.

Cielo de “panza de burra”, agua segura.

Aurora rubia, o viento o lluvia.

Cielo empedrado, vendaval declarado.

Viento en popa, bella mar, cerca de la costa y saber nadar.

Rubias al Naciente, lluvia al día siguiente.

A poco que el pez brinca, el viento salta.

Descenso con suavidad, trae viento y aún tempestad, mas si lentamente se eleva, el viento se lleva.

Barco a la capa, marinero a la hamaca.

Naufrago que vuelve a embarcarse, o viudos que reinciden… ¡Escarmiento piden!

Cada palo que aguante su vela.

Barco amarrado no gana fletes.

Yo piloto, Ella me guía.

Si sales a navegar, no te canses de preparar.

Pan y lastre, hasta cansarte.

Dame quilla y te daré millas.

Si un norte se te ha perdido por el sur anda escondido.

Si vas con norte a la mar, ropa de agua has de llevar.

Vale más lancha a vela, que remo de galera.

A la mujer y al viento… ¡Con mucho tiento!

Agua recoge con red, quien confía en palabras de mujer.

Piedra movediza no cría moho.

Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente.

El patrón a la corredera, el marinero a la vela, y la mujer a esperar en la Rivera.

Si tras la lluvia neblina, hacia buen tiempo camina.

El que tiene miedo al mar, solo ocle ha de pescar.

Si el viento del Sur es, botas de agua a los pies.

A un Norte joven y a un Sur viejo, no les fíes el pellejo.

Si te coge el agua antes que el viento, coge la vela y métela dentro.

Mar en contra la ola, marinero a la batayola.

Quien va a pescar sin mirar, la barriga no va a llenar.

Delfines que mucho salta, viento traen y calma espantan.

Cuándo la gaviota visita al labrador, malos tiempos para el pescador.

San Telmo en la arboladura, el buen tiempo poco dura.

En tierras de moros y herejes, ni vino, ni mozas, ni jueces.

Con la Virgen del Rosario, ni galerna ni corsario.

Si relampaguea y mas truena, viento habrá de donde suena.

De mozo de lancha y paje de navío, escapa pronto el hijo mío.

Marinero que se duerme, pez que se libra.

A mucho viento poca vela.

Cuando la vela azota el palo… ¡Malo!

A la vela hay que velarla, sino es mejor no largarla.

Quien no tenga nada que hacer, o arme navío o tome mujer.

Si la lluvia te coge antes que el viento, alista drizas sin perder momento; pero si el viento te coge primero, iza velas marinero.

Cuando viene la galerna, no vale ni la cuaderna

Casa sin mujer y barco sin timón, igual cosa son.

En calma de mar no creas, por sereno que lo veas.

El que ha naufragado teme al mar aún calmado.

Mejor navega el que tiene buen viento, que quien rema con mucho aliento.

Mar rizada contra ola, al contraste el viento rola.

No existe hombre de mar que no se pueda ahogar.

La mar y la mujer de lejos se han de ver. 

Ave de mar en madriguera, anuncia tempestad de esta manera.

A barco desesperado, Dios le encuentra puerto.

El que no se arriesga, no pasa la mar.

A golpe de mar, pecho sereno.

Pescador de caña, paciencia y maña.

San Telmo en la arboladura, mal tiempo augura.

San Telmo en cubierta brilla, cierra bien la escotilla.

Ser como el bichero que tiene dos ganchos: uno para atracar y otro para desatracar.

Si al mar van las gaviotas, marinero a las escotas.

A piloto diestro, no hay mar siniestro

Nudo hagas que deshagas.

Aunque la mar sea honda, echa la sonda.

A velas partidas, sálvenos Dios y Santa María.

Con viento de popa y poco andar, el barco se ha de atravesar.

Quien no mira derrotero, es majadero.

Si el remo rompe la pala, el patrón paga;

si rompe por el guión paga el patrón.

Socorro tardío, socorro baldío.

Tras mala navegación el puerto sabe mejor.

Quien ande por la mar, aprende a rezar.

Quien buen Norte tiene, seguro va y seguro viene.

Quien contra el viento quiera mear, por fuerza se ha de mojar

Si se calma el vendaval y por el norte se rola, es probable un temporal con el agua hasta la gola.

De la carta al timón, al revés la corrección.

De navegar apercibido, nadie se ha arrepentido.

De remeros novatos, boga ranchera.

Deberás amarrar pensando que has de desamarrar.

Zuncho flojo, peor que roto.

Paralelo navegando, tierra encontrando.

Penas y olas, nunca vienen solas.

Pisada de patrón, no mancha la vela.

No está en mano de piloto que deje el viento su soplo.

No existe hombre de mar que no se pueda ahogar.

Norte claro, sur oscuro aguacero seguro.

Si el mar fuera vino, todo el mundo sería marino.

Fuego fatuo y Sur soplando, va el tiempo empeorando.

Cuando al marinero le dan de beber, o esta jodido o lo van a joder.

A golpe de mar, pecho sereno.

… y detrás de los arpones, ojos, brazos y cojones.

Buena Mar y hasta la vista

Fernando Suárez Cué

 

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