martes, 3 de septiembre de 2013

La bandera de la Mar (La bandera de todos)


El buque escuela Juan Sebastián de Elcano es un bergantín-goleta de la Armada Española. Tiene cuatro mástiles con los nombres de Blanca, Almansa, Asturias y Nautilus, nombres de cuatro buques escuela que lo precedieron. Recibe el nombre por el explorador español Juan Sebastián Elcano, capitán de la expedición, tras la muerte de Fernando de Magallanes, que completó la primera vuelta al mundo en 1522. El barco lleva también el escudo de armas de Elcano, que fue otorgado a la familia por el emperador Carlos I tras la vuelta de Elcano de la expedición. El escudo de armas es un globo terráqueo con el lema latino «Primus Circumdedisti Me» («Fuiste el primero en circunnavegarme»). Características: 3600 t apc1. 2900 t en rosca.Eslora: 113,1 m. 94,13 m sin el bauprés.Manga: 13,1 m. Puntal; 8,68 m. Calado: 7 m. Calado aéreo 48,7 m- Aparejo: bricbarca. 20 velas con 3151 m² de superficie. Armamento : 2 cañones de 47 mm. Propulsión: Vela/motor diésel. Velocidad: 16,5 nudos. Autonomía: 1200 mn a 17 nudos.Música: Título: Arcadia. Kevin MacLeod

Desde los tiempos más oscuros de nuestra historia, el hombre, agrupado en clanes, tribus, familias o pueblos, necesitó una serie de signos para distinguirse de sus adversarios, al mismo tiempo que in tentando intimidarles, les consiguiese infundir a ellos mismos valor y entusiasmo.
De la evolución de estos signos convencionales, nació la bandera o enseña, tal y como la conocemos hoy en día.
En una lucha entre tribus prehistóricas, y no ya tan prehistóricas, ¿Qué nos podríamos imaginar serviría a sus componentes para reconocerse entre sí y concentrarse alrededor de su jefe?... ¿Un colmillo de mamut, una piel de oso, las astas de un ciervo o las plumas de un águila?. Podríamos imaginarnos que cualquiera de estos objetos, servirían de distinción y referencia para los componentes de los distintos clanes.

Según Diodoro de Sículo, historiador del siglo I a.C. nacido en la ciudad de Agyrium, la actual Agira en la isla de Sicilia, fueron los antiguos egipcios, los inventores de la bandera, empleando en ella y como símbolos las figuras de diversos animales, como podrían ser el cocodrilo, el ibis, el halcón o el mono.
Por otra parte, dentro de la Biblia, en el Deuteronomio, se nos narra la salida de los israelitas de Egipto, y se nos cuenta que en sus jornadas de descanso… “acampaban por tribus alrededor de símbolos y enseñas que las diferenciaban a unas de otras”.
Pero fueron los chinos los primeros en introducir la unión de la tela al asta, evolucionando esta primitiva bandera hasta conseguir una mejora en la calidad, introduciendo para ella el empleo de la seda. Con este material, y debido a su gran resistencia y ligereza, se permitieron construir banderas de gran tamaño y con una larga duración.
Pero es durante la Edad Media, cuando las banderas adquieren una mayor importancia, comenzando a representar a países enteros, llegando a ser un símbolo centro de veneración y estima, tributándosele los más altos honores, no tan solo por ser la enseña de las Armas Reales, sino por honrar a la nación a la que representaban.
Pero dirijamos ahora la vista a los barcos del siglo XVIII, que es donde comienza nuestra historia.
Se encontraba España bajo el reinado de Carlos III (1759-1788), al mismo tiempo que en otros reinos como los de Francia, Nápoles, Toscana, Parma y Sicilia, también estaban regidos por monarcas de la familia de los Borbones.
El color distintivo de esta Casa Real era el blanco, y sus banderas, todas de ese color, solo se diferenciaban por el escudo que portaban, cada uno distinto según la rama familiar a la que representaban.
En la Mar, y debido a las distancias, fue motivo de diferentes y trágicas equivocaciones y errores, pues las insignias principales de un navío de esa época solo eran reconocibles cuando el buque se encontraba muy cerca, situación en extremo peligrosa si después resultaba ser un barco enemigo.
Carlos III, consciente de esta peligrosa y anómala situación, promovió un concurso de diseños para lograr que a partir de él, saliera una bandera idónea e inconfundible que portaran los buques de su Real Marina. En 1785, Antonio Valdés y Fernández Bazán (Burgos,1744 - Madrid, 4 de abril de1816), marino y militar español, 4º Capitán General de la Real Armada, secretario de Estado del Despacho Universal de Marina e Indias (cargo equivalente al actual de Ministro de Marina), presentó al monarca doce  modelos diferentes para la bandera de los buques, y Carlos III escogió la roja (rojo intenso) y gualda (amarillo brillante), que más recordaba las glorias españolas, desechando "todo perecedero signo de linaje", y aunque seria largo y monótono describir como fueron estos modelos, el que fue escogido quedó señalado en el Real Decreto del 28 de Mayo de 1785, decreto que dice:

Para evitar los inconvenientes y perjuicios, que ha hecho ver la experiencia, puede ocasionar la Bandera Nacional, de que usa mi Armada Naval, y demás Embarcaciones Españolas, equivocándose a largas distancias, o con vientos calmosos con las de otras naciones; he resuelto, que en adelante usen mis Buques de Guerra de Bandera dividida a lo largo de tres listas, de las que la alta y la baxa sean encarnadas, y del ancho cada una de la cuarta parte del total, y la de en medio amarilla, colocándose en esta el escudo de mis Reales Armas reducido a dos cuarteles de Castilla y León con la Corona Real encima (…), y que las demás embarcaciones usen, sin escudo, los mismos colores (…). Tendreislo entendido para su cumplimiento = Señalado de mano de S.M. en Aranjuez a veintiocho de Mayo de mil setecientos y ochenta y cinco = A.D. Antonio Valdés.
Más tarde, un Real decreto del 20 de Mayo de 1786, hizo extensiva dicha bandera a… “las Plazas Marítimas, sus Castillos y otros cualquiera de las costas”, la anterior Disposición Real. Mientras tanto los Reales Cuerpos de Artillería e Infantería de Marina continuaban con las mismas banderas.
Y ahora la pregunta del millón… ¿Por qué Carlos III exigió los colores rojo y gualda?.

Mucho se ha hablado sobre sus motivos, por eso, mientras algunos estudiosos del tema afirman que fue debido a que estos colores estaban presentes en los escudos de los diferentes y antiguos reinos españoles, como Castilla, León, Aragón y Navarra, otros historiadores creen que no se puede decir que ese fuera el motivo que influyó en su elección.
La idea más arraigada, la cual comparto como verdaderamente cierta, es la que defiende que lo que influyó poderosamente en el ánimo del Monarca, fue la facilidad con con la que estos colores se distinguían en la Mar a grandes distancias. No olvidemos que hoy en dia, el color que domina a nivel mundial, en los artilugios para Socorro y Seguridad en la Mar, es el denominado color butano, que no deja de ser una mezcla del rojo y amarillo. ¡En fin!, que nuestro rey fue un verdadero adelantado en su época, un presursor de la tan manida globalización.
Y esa es la historia.
Carlos III, el gran Monarca Español, escogió para nuestra Marina, una enseña que a la par de segura, es la más bonita, llamativa y elegante de todas las que pueblan el Consejo de Naciones.
Cuando nuestro buque más representativo, el Juan Sebastián el Cano, lo vemos entrar por el abra de cualquier puerto de los existentes a lo largo y ancho de los mares de nuetro planeta, con su trapo preñado de vientos y con esa enorme y magnífica bandera ondeando en su popa… ¿No se le pone a cualquiera la piel de gallina, y el corazón se le encierra en un puño?...
¡A mí sí, por supuesto!. Pues dejando a un lado posiciones o creencias políticas o sentimientos patrióticos, por supuesto algunos (no todos) respetables, al ver ese buque es esas situaciones, creo sinceramente que estamos contemplando una de las máximas expresiones de la belleza.

http://youtube.com/watch_popup?v=_nwNmOg1Q54&feature=youtu.be
 
Hasta la vista.

 

 

 

 

 

 



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